En el documento "Carbono Azul - El rol de océanos saludables en la compensación de carbono", la ONU alerta sobre la importancia de los mares en el control del carbono atmosférico y propone la creación de un fondo de 'Carbono azul' para invertir en mantenimiento y restauración de ecosistemas marinos.
De acuerdo al informe, los océanos capturan hoy una cantidad de carbono igual a la mitad de las emisiones anuales del sector del transporte mundial, y las almacenan en manglares, marismas saladas y hierbas marinas. La vegetación de los mares representa sólo un 0.05% de la biomasa vegetal en tierra, pero almacenan anualmente una cantidad comparable de carbono, lo cual muestra su intensidad y eficacia.
Además, mientras que el carbono capturado y almacenado en tierra puede permanecer 'encerrado' por décadas o siglos, el almacenado en océanos perdura por milenios.
Así, la restauración de los sistemas marinos acompañada por una reducción de la deforestación de bosques nativos, asegura el estudio, podría lograr un 25% de la reducción de emisiones requeridas para evitar un cambio climático de consecuencias peligrosas.
Lamentablemente, por el momento la humanidad no sólo no está cuidando estos sistemas -que cubren solamente menos del 1% del lecho marino-, sino que los está dañando en forma acelerada. Desde la década del '40 se perdieron más del 30% de los manglares, cerca del 25% de las marismas saladas y más del 30% de las praderas de hierbas marinas. Actualmente se pierde de 2 a 7% de estos 'depósitos' de carbono anualmente y si no se toman medidas, se podría perder la mayoría de ellos en dos décadas.
Esto es complicado porque la importancia de los bosques en la lucha contra el calentamiento global es conocida y aceptada en forma unánime, pero hasta el momento no se le ha dado la misma atención a otros ecosistemas.
A 60 días de la COP15 en Copenhague, se suma un elemento a tener en cuenta en las negociaciones de los líderes por el futuro del planeta.