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viernes, 30 de octubre de 2009

Proponen crear bonos de 'Carbono azul' para conservar océanos y capturar emisiones.

Los océanos son enormemente valiosos para el equilibrio natural de la tierra y las actividades económicas humanas. Pensemos en los corales, la pesca como fuente de alimento, el agua, o los millones de dólares asociados a la industria del turismo de playas. Pero de acuerdo a un nuevo informe de la Organización Naciones Unidas, los mares tienen una propiedad aún más importante: son grandes 'filtros' que almacenan dióxido de carbono de la atmósfera.

En el documento "Carbono Azul - El rol de océanos saludables en la compensación de carbono", la ONU alerta sobre la importancia de los mares en el control del carbono atmosférico y propone la creación de un fondo de 'Carbono azul' para invertir en mantenimiento y restauración de ecosistemas marinos.

De acuerdo al informe, los océanos capturan hoy una cantidad de carbono igual a la mitad de las emisiones anuales del sector del transporte mundial, y las almacenan en manglares, marismas saladas y hierbas marinas. La vegetación de los mares representa sólo un 0.05% de la biomasa vegetal en tierra, pero almacenan anualmente una cantidad comparable de carbono, lo cual muestra su intensidad y eficacia.

Además, mientras que el carbono capturado y almacenado en tierra puede permanecer 'encerrado' por décadas o siglos, el almacenado en océanos perdura por milenios.

Así, la restauración de los sistemas marinos acompañada por una reducción de la deforestación de bosques nativos, asegura el estudio, podría lograr un 25% de la reducción de emisiones requeridas para evitar un cambio climático de consecuencias peligrosas.

Lamentablemente, por el momento la humanidad no sólo no está cuidando estos sistemas -que cubren solamente menos del 1% del lecho marino-, sino que los está dañando en forma acelerada. Desde la década del '40 se perdieron más del 30% de los manglares, cerca del 25% de las marismas saladas y más del 30% de las praderas de hierbas marinas. Actualmente se pierde de 2 a 7% de estos 'depósitos' de carbono anualmente y si no se toman medidas, se podría perder la mayoría de ellos en dos décadas.
Teniendo en cuenta que la restauración de estos sistemas podría compensar semejante porcentaje de emisiones y a un costo mucho menor que algunas de las tecnologías de captura y almacenamiento de carbono que se están desarrollando en el mundo, el informe asegura que discutir la creación de un fondo de Carbono azul en Copenhague es crucial.

Esto es complicado porque la importancia de los bosques en la lucha contra el calentamiento global es conocida y aceptada en forma unánime, pero hasta el momento no se le ha dado la misma atención a otros ecosistemas.

A 60 días de la COP15 en Copenhague, se suma un elemento a tener en cuenta en las negociaciones de los líderes por el futuro del planeta.

jueves, 29 de octubre de 2009

Mapa interactivo muestra consecuencias de un cambio climático severo

El gobierno británico presentó la semana pasada un mapa interactivo que demuestra los impactos que tendría en el planeta un aumento en la temperatura de 4ºC.

De acuerdo a estudios recientes de la oficina de clima y cambio climático del Reino Unido, Met, un aumento de 2ºC sería "problemático", pero un aumento de 4ºC en la temperatura sería "desastroso". Los mismos también indicaron que si los líderes del mundo no llegan a un acuerdo para cortar las emisiones de carbono, el planeta podría llegar a esta medida en 2060, o a más tardar en 2100.

Si este aumento de temperatura ocurriera, demuestra el mapa, no se daría de la misma forma en todas las partes del globo: como la tierra se calienta más rápido que el mar, en ésta se registrarían medidas hasta 5,5ºC más altas, las cuales pondrían en peligro las tierras agrícolas en las principales zonas de producción del mundo. Habría también escasez de agua, que además de afectar a las personas podría provocar sequías e incendios en el Amazonas.

El problema es que estos fenómenos no harían más que acelerar las emisiones: menos bosques, menos absorción de carbono por parte de los océanos, y más emisiones de metano por putrefacción de vegetales van a redundar en más gases en la atmósfera y más calentamiento. Más específicamente para Latinoamérica, el mapa demuestra pérdida de recursos pesqueros en el Océano Atlántico, reducción de hasta 40% en los rendimientos de cosechas y escasez de agua, ademas de los mencionados posibles incendios forestales.

Y a las consecuencias naturales se suman las sociales: con falta de agua y temperaturas extremas, los movimientos masivos de personas van a ser indefectibles y eso va a generar conflictos internacionales.

Durante la presentación del mapa, el secretario exterior del Reino Unido David Miliband advirtió: "No podemos lidiar con un mundo con cuatro grados más. Este mapa claramente ilustra la escala del desafío que tenemos por delante. Tenemos que trabajar todos juntos con todas las partes de los gobiernos y sociedades para que la temperatura global no aumente más de dos grados", según informa The Guardian.

El mapa fue lanzado en conjunto con una exposición en el Museo de Ciencias de Londres, a menos de dos meses para la Cumbre Climática que tendrá lugar en Copenhague en diciembre; para la cual las negociaciones avanzan en forma lenta y en la cual es crucial llegar a un acuerdo global de reducción de emisiones. Millband describió a las charlas de Copenhague como "las más complicadas negociaciones internacionales jamás planeadas", y su hermano, el secretario de Energía y Cambio Climático Ed Milliband, expresó su temor a que sean "una cumbre más que viene y se va, con un flash de noticias".

Para evitarlo, los hermanos estarán promoviendo el mapa para convencer a los líderes de la gravedad de no llegar a un acuerdo.

Deforestación y calentamiento global: Brasil estudia propuesta por el Amazonas

La deforestación es la tercera actividad del hombre que más gases de efecto invernadero genera, después de la producción de energía y la industria. ¿Por qué? Como los bosques son grandes 'limpiadores' de dióxido de carbono, al ser cortados se anula su potencial de absorción y, por lo tanto, más gases permanecen en la atmósfera, contribuyendo al calentamiento global del planeta.


Frente a este tema, es evidente que el abanico de medidas para frenar el calentamiento global que seguramente se acuerde en la reunión de Copenhague de este año debe incluir alternativas para disminuir y eventualmente anular a la deforestación de bosques nativos.
En este sentido, dos hechos significativos tuvieron lugar durante la última semana.

Por un lado, la semana pasada se llevó a cabo una nueva reunión de las partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, una serie de charlas previas a la cumbre de Copenhague de diciembre. Informa el diario La Nación que en este encuentro, realizado en Bangkok, delegados de más de 180 países avanzaron en la negociación de un mecanismo para disminuir y eventualmente frenar la deforestación.


La idea es reducir el corte de bosques nativos en un 50% para 2020 y frenarla hacia 2030: esto se llevaría a cabo por medio de incentivos económicos para los países en vías de desarrollo. Esta estrategia para reducir emisiones es conocida con la sigla de REDD (Reducción de Emisiones de la Deforestación y Degradación de los Bosques).


Por otro lado, si se habla de deforestación y de bosques que necesitan ser protegidos, una imagen viene a la mente: el Amazonas. En este sentido, informa O Globo que el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva anunció en su programa de radio semanal algunos detalles sobre el plan que está preparando junto a su grupo de ministros para presentar en Copenhague este año (recordemos que Brasil es uno de los países en vías de desarrollo que más gases emiten, junto a otras naciones como India y China).


De acuerdo a Lula, el plan incluye el objetivo de disminuir la deforestación en un 80% en el país hacia el año 2020. De esta forma, Brasil estaría evitando la emisión de 4,8 mil millones de toneladas de CO2.


Aunque este no sea un anuncio oficial, aunque el objetivo de 2020 esté un poco alejado en el tiempo y a pesar de que Lula haya mencionado antes que una meta de deforestación cero es imposible de asumir para Brasil, la inclusión de un objetivo fuerte contra la deforestación en una propuesta hacia Copenhague de este país es alentadora.


Por mucho tiempo, la protesta contra el corte de bosques estuvo asociada a la imagen de ambientalistas abrazados o viviendo en árboles. Pero cada vez más, el tema se vuelve crucial para pensar en un futuro sustentable. Resta aguardar a diciembre para confirmar qué medidas fehacientes se toman.


domingo, 4 de octubre de 2009

Estudio desafía relación entre aumento de la temperatura y CO2

El movimiento ecológico moderno se formó y creció alrededor de la convicción de que las emisiones de dióxido de carbono y gases de efecto invernadero son la principal causa del fenómeno del calentamiento global; y las acciones que buscan reducir el impacto de las personas en el planeta están relacionadas a la menor emisión de gases.

Pero a través de TreeHugger llegamos a un nuevo estudio publicado en la sección de Geociencia de la revista Nature que puede abrir un nuevo campo de debate.
La clave estaría en el 'Máximo térmico del Paleoceno-Eoceno', un período de calentamiento climático que se dio hace 55 millones de años. Por razones desconocidas, en ese momento las emisiones de carbono aumentaron rápidamente hasta un 70% en la atmósfera y la temperatura subió 7 grados Celsius en un lapso de 10 mil años (relativamente corto para la historia).

Pero de acuerdo al estudio, reseñado por el sitio de la Universidad Rice, esas emisiones de CO2 fueron responsables solamente de la mitad del aumento de la temperatura. Es decir, otros elementos externos influyeron para que la tierra se volviera más cálida.
El trabajo fue llevado a cabo por los investigadores Richard E. Zeebe, James C. Zachos y Gerald R. Dickens por medio del análisis de muestras de piso oceánico extraídas durante las últimas dos décadas. "Concluimos que, además de la influencia del CO2, otros procesos desconocidos deben haber causado una porción sustancial del calentamiento durante el Máximo térmico del Paleoceno-Eoceno", señalan en el sitio de Nature. "Una vez que estos procesos hayan sido identificados, su potencial efecto en el cambio climático del futuro debe ser tenido en cuenta".

¿Qué relación tiene esto con el presente? Si se realiza un paralelo con el período actual, el calentamiento global que vivimos podría deberse a otras causas además del aumento de carbono.
Es importante destacar que el estudio no busca negar el calentamiento o sacar peso a la importancia de reducir las emisiones, sino a explicar con más exactitud el fenómeno del cambio climático y buscar claves que puedan evitar consecuencias para la tierra.

¿Cuál es la real importancia de las bolsas de plástico en el tema ambiental?

Durante los últimos años, no hemos hecho más que escuchar que las bolsas de plástico son una gran amenaza ambiental y lo importante que es evitar su uso. En numerosas ciudades del mundo (e incluso de Latinoamérica) incluso se ha prohibido su distribución y uso en las compras.
Pero si bien es cierto que las bolsas plásticas no son biodegradables, que tardan cientos de años en descomponerse, y que hasta muchas de las partículas de la gran mancha del Pacífico provienen de estas bolsas, el hecho es que en realidad no representan gran parte del porcentaje de generación de basura total de una casa.
Además, la reducción en su uso no representa un real cambio para el medio ambiente: las bolsas de papel requieren más energía para producirse y en lugares en donde se han prohibido las de plástico, ha aumentado el uso de otras bolsas para la basura (que son mucho más gruesas y difíciles de descomponer que las finas de polietileno). Así, recientemente surgieron algunas voces críticas en el tema.
¿Estamos preocupándonos en vano por este asunto?

En un artículo publicado en The Guardian esta semana, el periodista Leo Hickman señala un punto interesante: "o estamos perdiendo el tiempo en perseguir estas tácticas para prohibir las bolsas, o estamos permitiéndonos distraernos con lo que es, relativamente, un problema ambiental menor. Algo así como 'ordenar las sillas en el medio del hundimiento del Titanic', según describió el científico James Lovelock".


Pongamos las cosas claras: no se trata de pisar todo lo dicho hasta ahora y usar bolsas plásticas a mansalva. Promover la reducción de basura con una bolsa reutilizable es una buena acción, pero lo importante es no pensar que allí termina todo. Porque problemas como el cambio climático, el agotamiento de recursos y el crecimiento de la población, por nombrar algunos, representan un desafío mucho mayor para la humanidad que las bolsas plásticas.


Por muchos años, nos hemos hecho la ilusión de que el abandono de las bolsas de plástico es "un pequeño paso que hace la diferencia". Pero la realidad es que los pequeños pasos son sólo importantes si llevan a pasos mayores, y quedarse conforme con sólamente usar una bolsa de tela, lamentablemente, no es suficiente.
¡A no entrar en pánico! El ser responsable con el medio ambiente es algo que se aprende día a día. Ok, tu bolsa reutilizable no va a salvar al mundo. Pero si te sirve para esparcir el mensaje y seguir aprendiendo, esa ya es una buena razón para seguir utilizándola.